marzo 28, 2010

Del Facebook y otros demonios.

Ojos que no ven, 
Facebook que te lo cuenta.

No recuerdo bien cómo fue, pero sí que todo empezó cuando recibí una invitación para formar parte de Hi5 y debo decir que después de meditarlo por largo tiempo caí. Poco a poco me fue cautivando la idea de poder estar en contacto con mis amigos y compartir con ellos fotos y recuerdos. 

Hasta que un día sucedió lo inevitable y después de que un amigo me hablara insistentemente de FACEBOOK, me decidí y cree mi perfil. 

Si algo puedo decir es que me tardé mucho tiempo en engancharme. En primera porque era tan nuevo en México que no había muchos amigos con los cuales interactuar, segundo porque no entendía la necesidad de estar en dos lugares, que hasta ese momento, cubrían las mismas necesidades. Sinceramente no recuerdo qué fue lo que me motivó  a subir mis fotos y a buscar a mis amigos, incluso a esos que hacia años no sabía nada de ellos. Y sí, lo acepto, se convirtió en una adicción (no sé si sea consuelo o no, pero sé que para la mayoría de mis amigos y conocidos también lo es).

Y entonces comencé a vivir el fenómeno. Si, ese de llevar la cámara a todos lados, de posar y hacer mil fotos para subirlas a Facebook, de invitar a todos mis amigos a que se unieran, de buscar a todos aquellos a los que les perdí de vista y a los nuevos que conocía pedirles antes que su celular su mail para agregarlos. Les suena?

Comencé a compartir con mis amigos lo que hacia y sentía y a estar más al pendiente de ellos. Se convirtió en algo tan divertido comentar las fotos y los estados hasta el punto de que en las reuniones seguíamos platicando de lo que cada uno puso o dijo. Aún recuerdo una vez en la que dos de mis amigos se sintieron excluidos de la conversación por no ser adictos al "caralibro". Juro que no exagero.

Lo que los mercadólogos llamaríamos toda una experiencia del consumidor. Pero esta vez dejaré mi punto de vista de planner y me dedicaré a relatar mi experiencia y la de muchas personas cercanas. Y más allá de ser esto una crítica a Facebook, pretendo que sea una reflexión y hagamos conciencia sobre lo que cada uno publica en su muro. 

Si algo tengo que agradecerle a Face es que acorta las distancias y me mantiene en contacto con mi familia y amigos, sobre todo ahora que estoy tan lejos. Además de que no tiene precio, el hecho de haberme reencontrado con tanta gente a la que aprecio y que por azares del destino nos dejamos de ver y ahora estamos de nueva cuenta en contacto. Pero como todo, Facebook tiene su lado oscuro, es tal la información que pone a tu alcance que muchas veces (con o sin malas intenciones) terminas teniendo a la mano información que habrías agradecido no tener o lastimando a gente sin querer.

Seamos honestos y aceptemos que no sólo nos conformamos con agregar a nuestros amigos, también buscamos  a nuestros ex, a personas con las que tuvimos  o nos habría gustado tener algo o incluso conocer gente nueva. No sé qué tan sano sea, pero lo hacemos. Y también tenemos que aceptar que Facebook es un lugar que se presta para el coqueteo, el ligue y por ende a los celos, la desconfianza y las infidelidades. 

La cosa es más o menos así; si estas soltero no tienes nada de qué preocuparte porque te da exactamente lo mismo quien y qué te escriban en tu muro. A menos de que esa persona que te está coqueteando tenga una relación, porque entonces independientemente de si le das entrada o no; hay una tercera persona que podría estar sufriendo por esos coqueteos.

Si estas saliendo con alguien, pero aún no es nada formal, la cosa se pone peor, porque no son nada. Y si bien a ambos les puede dar lo mismo que hagan o dejen de hacer, puede ser que no sea así y que el hecho de enterarse de con quién más están saliendo, de ver fotos, de leer comentarios termine por no ayudar y afecte una posible relación o por el contrario la alimente y todo funcione.

Si por el contrario ya tienes algún tipo de relación o incluso estas en un noviazgo, se pone aún más complejo. Para empezar depende de la confianza, amor, comunicación y situación en la que se encuentra la relación. Si las cosas van bien, Facebook se convierte en un medio para estrechar aún más los lazos, pero si por el contrario la relación ya está muy desgastada y viciada. Facebook es un facilitador para la infidelidad.

En el caso de las personas que ya están casadas, la cosa no se pone mejor. Muchas veces la rutina, hace que se busquen nuevas experiencias que le den un respiro a lo que están viviendo. Desgraciadamente no lo utilizan para reconquistar a la pareja, sino para buscar otras opciones con la creencia de que lo virtual, no es real y por ende no puede dañar a nadie. El problema radica en que generalmente de lo virtual pasan a lo real y echan por la borda todo lo que tenían con su pareja, sin importar a quien lastiman.

No importando cual sea el caso, lo que es un hecho es que Facebook es el chismógrafo más grande del mundo  y si a eso le sumamos que el mundo es un pañuelo pues ya se imaginarán las reacciones y efectos que tiene el hecho de que cualquier persona tenga acceso a todo lo que hacemos, sentimos y decimos.

Ya sé, ya sé, visto así suena fatalista, exagerado y hasta diría yo que aterrador. Ni yo misma me reconozco al leer estas líneas. Sin embargo, no es algo que yo me saque de la manga, es una realidad. Actualmente existen cientos de artículos sobre los problemas que enfrentan las parejas por el tema de celos, desconfianza e infidelidad. Incluso hay estudios y cientos de grupos dentro del mismo "caralibro" que me respaldan. Y no sólo causa problemas a nivel relación de pareja, también entre amigos, compañeros de trabajo y familia. 


Muchas veces no somos conscientes de cuanta gente está al tanto de lo que pasa en nuestras vidas. A mi me ha pasado, que de pronto me encuentro con gente que hace siglos no veo y pareciera como si nos vieramos diario, están al pendiente de todo lo que digo o hago y hay veces que hasta me da miedo. Admito que muchos somos muy irresponsables a la hora de subir información sobre nuestras vidas, pero bueno eso depende de cada persona y se respeta. 


El objetivo de Facebook es mantenernos conectados con el mundo y tomar la decisión de salirnos de las redes sociales no va a eliminar el problema, que va más allá de enterarnos de todo sin poder tener la opción de filtrar la información que queremos conocer. Al final, la verdad siempre sale a la luz y aunque no busquemos, las cosas se saben y no se pueden ocultar por mucho tiempo.


Aquí algunas de mis sugerencias para que lo que hay en el famoso "caralibro" no te afecte; si es que estas ese caso: 


1. El que busca, encuentra. Deja de lastimarte buscando información.
2. Si aunque no la busques, la vida se empeña en que la sepas a través de sus actualizaciones. Ponl@ en tu lista negra y quítal@ de tus publicaciones. 
3. Si tu no buscas, pero tienes a un informante que se dedica a estarte actualizando, pídele que ya no lo haga.
4. Si tu fuerza de voluntad es muy mala, entonces lo mejor es que lo bloquees por un rato, en lo que lo superas.
5. Y si de plano te afecta demasiado, borra su contacto. No tienes necesidad de sufrir.


Como reflexión sólo quiero decir que todos tenemos una responsabilidad gigante cuando comentamos, subimos fotos o información. Y aunque es parte de nuestra libertad de expresión, podríamos pensar más en las implicaciones que podría tener el contenido que generamos en cualquier red social, blog, página web. 

marzo 25, 2010

Lo que ellas quieren

A las mujeres no hay que comprenderlas, hay que quererlas.


Todo surgió cuando hace algunas semanas un amigo escribió una reflexión donde quedó de manifiesto su grito de desesperación por no saber qué queremos las mujeres. En su momento debo confesar que sus palabras me hicieron mucho sentido y en cierta manera le di la razón. 

No está de más ponerlos en contexto y decir que la situación en la que me encontraba personalmente me indicaba que en efecto no tenía idea de qué quería, sobre todo en materia de una relación de pareja y que esa era la pregunta que constantemente me hacían mis amigas cuando les contaba lo que estaba sufriendo con mi "relación".

Finalmente, mi amigo y su desesperación, mis amigas y sus historias, mi relación sin rumbo, desató en mi un mar de pensamientos y de reflexiones. Pregunté por aquí y por allá y heme aquí con mi teoría sobre lo que las mujeres de hoy queremos; tanto de un hombre como de una relación en pareja. 

Para empezar  nuestro papel en la sociedad ha cambiado. Ahora somos mujeres con un ritmo de vida acelerado, con sueños y objetivos profesionales igual de importantes que los personales. Nuestro rol se ha ampliado y el ser únicamente amas de casa, es una opción que sólo algunas deciden adoptar y el cual está devaluado por considerarlo conformista dentro de nuestro mismo genero. Somos mujeres independientes económicamente, acostumbradas a luchar por lo que se quiere. Mujeres que sabemos decidir y tomar las riendas de nuestra vida. Mujeres que sabemos lo que queremos y no nos detenemos hasta conseguirlo. Y aunque sabemos que somos fuertes y autosuficientes; existe una realidad ineludible no queremos hacerlo solas. 


La importancia de vivir en pareja actualmente es uno de los grandes retos de nuestra generación. Vivimos en un mundo donde todo es desechable y lo que no sirve lo reemplazamos sin la mínima intención de ir más allá y tratar de entender y resolver el problema. Si se descompone nuestro móvil, es más fácil comprar otro, que arreglarlo. Esto mismo está sucediendo con nuestras relaciones personales; cada día estamos menos dispuestos a ceder y exigimos de los demás cosas imposibles.


Sin ánimo de entrar en una guerra de sexos; los hombres cada día quieren comprometerse menos, les hace falta un modelo a seguir y viven en la incertidumbre de descubrir cuál es su nuevo rol en la sociedad; dado que ya no recae solamente en ellos el sustento familiar como antes. Es más cómodo seguir viviendo con los padres y que la madre sea quien los mime y satisfaga sus necesidades afectivas, mientras andan de flor en flor saciando sus necesidades sexuales, sin involucrar su libertad.


Mientras que las mujeres cada día estamos más seguras de lo que queremos y no estamos tan dispuestas a ceder como antes; a ser sumisas. Nos encontramos abatidas por las múltiples responsabilidades que tenemos que enfrentar, muchas desearían tirar la toalla y otras no queremos dar ni un paso atrás. No estamos dispuestas a que sólo ellos disfruten su sexualidad, ni tampoco a quedarnos esperando a que llegue aquel "príncipe azul", que para muchas sólo existe en los cuentos. 


Y aunque parezca que no, en realidad lo que las mujeres buscamos hoy en día, no es tan complicado. Queremos libertad para tener y hacer nuestra vida y deseamos con todo el corazón que esa persona que esté a nuestro lado tenga una y la disfrute plenamente. 


Queremos a una pareja de la cual podamos sentirnos orgullosas, pero que a su vez, se sienta orgulloso de nosotras. Alguien que no se conforme, que siempre esté dispuesto a superarse; porque así somos nosotras. Seguros de si mismos, de lo que son y pueden ser capaces, pero sobre todo que nos de seguridad, protección. 


Alguien que nos demuestre su amor, no con palabras vacías o detalles culposos; sino con acciones, que sepa y esté dispuesto a ceder de vez en cuando; porque eso estamos dispuestas nosotras a dar. 


Un cómplice, que quiera crecer, aprender y descubrir la vida a nuestro lado. Que sepa cuando y cómo tomar decisiones y cuando dejar que nosotras llevemos la batuta. Que tome en cuenta lo que queremos y lo que pensamos.
  
Que comparta con nosotras algunas cosas en común, no todas porque entonces sería aburrido. Necesitamos a un hombre que nos respete y valore, que nos de espacio y confianza. Que nos escuche y nos ponga atención. Que se interese por lo que sentimos, pensamos y hacemos. Pero sobre todo, alguien que quiera comprometerse con nosotras (dejando de lado el título que se le pueda dar a la relación) y que vaya de la mano con nosotras por el camino. 


Al final, las características físicas dejan de ser lo importante y preferimos a alguien tal vez no como Brad Pitt, pero si con buen carácter, que nos haga reír, que nos entretenga con su platica y que nos haga sentir amadas, seguras y respetadas.


Me atrevo a pensar que la mayoría de los seres humanos, lo que menos deseamos en esta vida es envejecer y morir solos. Nos ilusiona la idea de compartir el viaje con alguien a quien amamos y con el cual reviviremos esos instantes cuando ya no nos quede más tiempo para seguir respirando. 


Por mi parte debo confesar que me quedé sorprendida, cuando después de entrevistar a varias de mis amigas, parecía que todas se habían puesto de acuerdo para decirme lo mismo. Y es ahí cuando no me explico, por qué si todas tenemos tan claro que queremos por qué seguimos aceptando que entren patanes a nuestras vidas y no nos damos nosotras el valor que queremos que nos tengan. 



Me pregunto si esa necesidad puede que no sea exclusiva de las mujeres y que los hombres en cierta manera estén buscando lo mismo en una relación de pareja y el problema sea la mala comunicación que hay entre géneros. 


Finalmente, me gustaría decir que personalmente sueño con algún día conocer a ese hombre que será mi cómplice que querrá compartir mi vida y su vida conmigo, que estará dispuesto a no dejar que la rutina y los problemas hagan nuestra relación desechable. Alguien que me motive a ser cada día mejor y a despertar con una sonrisa enorme al saber que cada día será una nueva experiencia que viviremos juntos. Alguien que respete mi libertad, tanto como yo la suya. Y que por sobre todas las cosas no me engañe. Que me ame y desee hacer un viaje infinito siempre a mi lado. Yo no me doy por vencida... algún día.